La domótica ahorra energía. Optimizando el funcionamiento del sistema
de calefacción y refrigeración. Gestionando la piel de nuestra vivienda
(persianas y toldos) de modo que aprovechemos la radiación solar y
protegiéndonos cuando sea necesario. Evitando que las luces queden encendidas
accidentalmente cuando salimos fuera de casa. Una casa pensada y gestionada
inteligentemente puede ahorrarnos del orden de un 25% de energía. La domótica
aporta seguridad. Cuando activamos el sistema de seguridad cerrará las luces,
bajará persianas y estará pendiente de que no pase nada extraño en casa. La
domótica aporta confort. Teniendo su casa siempre a punto. Simplificando las
rutinas y el control de ambientes. Reduciendo esfuerzos y proporcionando
accesibilidad cuando estamos enfermos o seamos grandes.
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